Mas con la forma de lobo despertaron en Aalo todo tipo de pasiones y deseos lupinos, como la sed de sangre y el placer al desgarrar, pues también su sangre fue transformada en sangre de lobo, de modo que era como uno de ellos.
Y con un aullido salvaje y exultante, se unió a la compañía de los lobos, como quien se une a alguien largo tiempo ansiado, que por fin halló a su igual, y los demás lobos, aullando a coro, la saludaban cual hermana