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Ana Pessoa

  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Julio Pirata:

    Aquí estoy.

    Decidí escribirte ahora mismo. Llegué a mi casa, me senté y escribí esto. Fui al cine con Sonia y Carolina. Tú no conoces a mis amigas, pero ellas sí te conocen. A veces todavía hablo de ti.

    Primera carta...

  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Sonia me preguntó: ¿Piensas en él?

    Yo dije: A veces. Pero debería haber dicho: Cada día. Debería haber dicho: Cada minuto de cada hora de cada día. Porque pienso en ti cada minuto de cada hora de cada día. Y no debería ser así, ¿no?

    No.

    A veces creo que no estoy pensando en ti, que estoy completamente concentrada en una discusión sobre el cambio climático o sobre el exnovio de Sonia, pero al fin y al cabo ahí estás, apoyado en un rincón de mi cabeza.
  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Sonia me preguntó: ¿Te gustaría verlo?

    Yo dije: No.

    ¿De veras no?

    De veras no.

    En ese momento estaba segura, pero ahora ya no lo estoy, Julio.

    A una parte de mí le gustaría decirte: Vete al infierno. Pero la otra parte de mí sigue persiguiéndote en la placita.

    Ocupas mucho espacio, Julio Pirata.

  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Soy dos personas al mismo tiempo. Tengo dos cabezas, dos corazones.

    Y tú tienes la culpa, Pirata.

    Te la pasas persiguiéndome. Eres como un insecto dándole vueltas a mis orejas todo el tiempo. Y no quiero oír tu zumbido en cada esquina de cada calle, Julio. ¿Entiendes?
  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Sonia me preguntó por qué sigo tan aferrada al pasado, tan aferrada a ti. Le dije: No sé. Sonia me preguntó: A fin de cuentas, ¿quién es Julio? Intenté explicárselo, pero no pude.

    ¿Quién eres, Julio?

    He estado buscando la respuesta desde el primer momento. Desde la primera pregunta.

    Vine caminando a mi casa y pensé en ti todo el tiempo. Tú y yo en el siglo pasado. Tú y yo en la Edad Media, en la Antigüedad Clásica, en los juegos de la placita. ¿Te acuerdas?

    Yo sentada sobre el pasamanos y tú sentado en la arena. Yo mucho más alta que tú, porque estaba sentada sobre el pasamanos. Tú preguntaste: ¿Eres niño o niña?

    Y esa fue la primera pregunta de todas, Julio Pirata, la pregunta más antigua, y todos estos años he estado buscando la respuesta.

    En serio ¿Quién eres?

  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Tú y yo en los juegos. El primer día. El primer momento. Escarbamos en la arena en busca de tesoros. Encontramos monedas, conchas, un pasador, una media, una llavecita.

    Éramos piratas.
  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Todavía tengo la llavecita. La guardé dentro de una caja y la encontré hace tres meses, durante la mudanza, cuando estábamos metiendo todas nuestras cosas en cajas. Me la traje aquí, a mi vida nueva, aunque no sirva para nada. No abre ningún cofre. Ningún candado, ninguna puerta, ningún cajón.

    Miro la llave y pienso en ti, Julio.

    Soy una niña por ti.

    u.u

  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Si nos hubiéramos despedido con una despedida —con un beso, por ejemplo, o un abrazo, un apretón de manos, un gesto a lo lejos, un coscorrón, una cachetada, cualquier cosa, Julio Pirata—, si nos hubiéramos despedido como se despiden los seres humanos, te diría precisamente eso: que soy una niña por ti.

    ¿Me oíste?
  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Mi mamá dijo: Esas flores se llaman amor de un rato. El nombre no pintaba bien, pero mi mamá se entusiasmó. No me quedó de otra.

    Amor de un rato

  • Mayeje citiralaprije 2 mjeseca
    Me morí tantas veces por ti, Julio. Tantas veces. Me apuntabas con tu espada de pirata.

    Tu espada en mi barriga, en mi pecho, en mi garganta.

    Decías:

    ¡Estás muerta!

    Y yo me moría.

    Me dejaba caer en el piso como fuera y cerraba los ojos.

    Tú me mirabas y yo sentía que me mirabas.

    Decías: De veras pareces muerta. Y yo no me movía, no me reía, no respiraba, no abría los ojos. De veras parecía muerta.

    Lo mejor de la vida era morirse. Un brazo a cada lado, el pelo desparramado por el suelo. Mi muerte me divertía un montón, y a ti también.

    Una vez te acostaste encima de mí y me besaste. Tu boca en mi boca, tu cuerpo en mi cuerpo y yo volví a la vida, como Blanca Nieves o la Bella Durmiente en esos cuentos de amor verdadero.

    Lo mejor de la vida era morirse...

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