Araceli Samudio

Recuerdo cuando mi abuelo me regaló el primer maletín de pint

entonces la tomé de la mano—. Solo imagina que caminamos por la playa.

Era mejor cerrar los ojos e intentar conciliar el sueño.
Pero esa noche en mis sueños también apareció Bruno.

que te falten las extremidades inferiores no te hace incompleta —sonreí—. Eres la persona más completa que conozco, Celeste, tanto, que a tu lado yo me siento completo.

labios se me hacen tan apetecibles que deseo probarlos, probar tu sabor y el color de tus besos

—No puedes amarla en tan poco tiempo —refutó ella.

haré porque quiero que esta noche miremos juntos las estrellas hasta que amanezca. Ver el amanecer aquí contigo será fantástico.

Esa pintaba una noche fantástica y ya sentía la adrenalina arremolinándose en mi estómago en forma de mariposas aleteando frenéticas.

Celeste… —Me tomó con cariño de la mano—. No quiero que te sientas así conmigo, no soy «la gente», soy Bruno

—Hermosas —dijo ella, y una tímida sonrisa se formó en sus labios. La tomé de la mano por debajo del agua.
—No más que tú —sonreí.