Carmen Martín Gaite

En lo que me resta de vida, el amor me ayudará a entender el sentido del tiempo

No es posible descender dos veces al mismo río, tocar dos veces una sustancia mortal en el mismo estado, ya que a causa del ímpetu y la velocidad de los cambios, se dispersa, vuelve a reunirse, y aflora y desaparece.
HERÁCLITO DE ÉFESO

«dime lo que sea» son estallidos de susceptibilidad y, por implorantes que parezcan, él sabe y yo también que no ofrecen ranura abierta al diálogo, sino ademán de gato que se eriza a la defensiva

me paso la vida a la defensiva sin saber si hago daño o no, haciéndomelo a mí misma

–Pues cuando dices que no se puede entender todo. Las cosas que no importan no se entienden porque no se pone uno a ello, claro. Pero si te importan, si te obsesionan, vale la pena hacer un esfuerzo y acaban por entenderse algo mejor. Tampoco es tan difícil.

ualquier mudanza, aunque no se tenga demasiado apego a los objetos, es dura de por sí, no sólo por lo que hay que tirar, sino por lo que en otras ocasiones parecidas ya se tiró. Lastre inútil. No mires para atrás. Pero tiemblan las manos.

lo largo de aquellas mañanas tediosas entendí por primera vez lo que significa heredar algo. Mi padre me transfería su de

deseo insatisfecho por aprender una lengua para él mítica, y yo heredé, quieras que no, el homenaje a una guerra que no era la mía, a manera de penitencia que acabé aceptando.

–No sé qué decirte –reflexionó tras un silencio–. Ya sabes que yo soy una persona muy elemental y contigo, sin querer, acabo metiendo la pata. De todas maneras, lo que es el alma humana, yo siempre te he considerado una mujer segura de sí misma, de las más que co

conozco, la que mejor sabe lo que quiere y por qué hace lo que hace.
–Pues ya ves... –me encogí de hombros.
Me invadió una ola retrospectiva de melancolía, al recordar cuántas personas habían acuñado de mí esa imagen. Excepto mi madre.