Reitero que la más bella palabra de nuestra lengua es humana. Así, en femenino, humana, con a. Plasma no sólo la utopía extendida a todas, el deseo fantástico trasladado al futuro, sino también el topos: lo real, el aquí y el ahora, el presente como espacio de la existencia, los pasos concretos, los tropiezos, la palabra, el balbuceo, las dudas y los equívocos, y lo que firmemente entreveramos