Un taxista de Buenos Aires. Un pasajero judío ultra-ortodoxo. Lugar: barrio suburbano de Mataderos, donde a diario se sacrifican miles de cabezas de ganado vacuno. Por un error de homonimia, deja a su pasajero en el lugar equivocado. Su pasajero desaparece, dejándole como extraño legado una cartera olvidada en el asiento trasero de su vehículo. Esa cartera contiene cheques de valores millonarios, y manuscritos arameos escritos con sangre.
El taxista descubre que se ha metido en un problema que lo sobrepasa, por la televisión aparece el cadáver del ortodoxo. Sin saber muy bien cuál es la naturaleza de los manuscritos, éstos parecen impedir que el taxista pueda desembarazarse de ellos fácilmente.
Con su vida irremediablemente trastocada y huyendo de perseguidores implacables, sabe que solo cuenta con una única arma de defensa: su lucidez. Lucidez alucinada, cuando los hechos que le suceden tanto podrían pertenecer al reino de lo real como al de la fantasía más descabellada.
¿Podrían aún existir, en pleno siglo XXI, saberes olvidados desde los tiempos del Templo del Rey Salomón? Si existiera ese saber, ¿podría dotar de poder a quien o quienes los poseyeran? ¿Cuánto poder? ¿Cuánto dinero valdría ese poder, ese saber?
Juan Simeran nos vuelve a sorprender de nuevo con “Nevermore”, y nos mete de lleno en lo más oscuro y profundo de Buenos Aires.
