—De todos modos, deberías salir y ofrecerte a ayudar. Preguntar por la cría. Tiene solo seis años, pobrecita.
Pobrecita, repite Nat, y después:
—Yo no tengo la culpa.
—No, claro que no. —Píter le coge la mano, se la aprieta.
—Ahora todos me odian.
—No te odian. Pero tienes que colaborar. No puedes negarte.
Colaborar significa entregar a Sieso en cuanto aparezca para que lo sacrifiquen. El perro —bicho listo— ha huido y sigue sin dar señales de vida. ¿Es capaz de entender lo que ha hecho, de anticipar las consecuencias?