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Victoria Camps

Elogio de la duda

  • Beatriz ACje citiralaprije 7 godina
    «No deseamos las cosas porque son buenas, sino que son buenas porque las deseamos.»
  • Sergio Castroje citiraojučer
    «La filosofía tiene mucho que ver con aclarar las cosas, no por medio del conocimiento especializado, sino a través del razonamiento. Es posible, por supuesto, ser maravillosamente lúcido y estar por completo equivocado. Sin embargo, la lucidez no ayuda a la supervivencia de las creencias sin fundamentos, las deducciones tontas, los prejuicios infundados o la justificación del sufrimiento innecesario. Bueno, todo esto ya habla a favor de un razonamiento lúcido aun cuando no resuelva todos nuestros problemas.
  • Sergio Castroje citiraojučer
    Para la filósofa Martha Nussbaum, el «cultivo de la humanidad», título de uno de sus libros más recientes, tiene que ver con la capacidad de trascender el mero conocimiento factual y analizarlo con sentido crítico, así como con la habilidad para examinarse críticamente uno mismo y las propias tradiciones. Es decir, no tomar lo que se nos dice que son las cosas por algo indiscutible, sino pedir explicaciones y exigir matices. Acostumbrados a los titulares mediáticos, los matices desaparecen. El economista Amartya Sen ha sido siempre un gran defensor del razonamiento moral como ingrediente necesario de la economía y del resto de las ciencias. Una rara avis de la economía, sin duda, en los tiempos que corren.
  • Sergio Castroje citiraojučer
    Sin embargo, la educación humanista, para serlo auténticamente, debería afanarse en llevar su saber in partibus infidelium, estar presente allí donde el pensamiento reflexivo está más ausente porque otros objetivos son más perentorios porque son más prácticos. Si el estudio de las humanidades tiene algo que ver con el «cultivo de lo humano», las humanidades deberían estudiarse a lo largo de toda la educación superior, en cualesquiera de los grados o disciplinas, como instrumento de formación de la persona o del futuro profesional que ha de poder adquirir una mirada rigurosa y competente sobre su materia de estudio, pero también crítica y reflexiva.
  • Sergio Castroje citiraojučer
    «Una vida sin examen no es digna de ser vivida», profirió Sócrates en el alegato que pronunció antes de entregarse a la muerte a que le condenaron sus adversarios. Nuestro mundo es tan frenético y vive tan volcado en destacar el rendimiento material de lo que se hace, que no deja tiempo ni espacio para la reflexión ni para cuestionarse las razones de los discursos dominantes. El autoexamen al que se refiere Sócrates es absolutamente necesario si lo que nos proponemos, con el desarrollo del conocimiento, es el cultivo de lo propiamente humano. Dicho de otra forma, si queremos poner el conocimiento al servicio de la humanidad. La educación humanística, que se desarrolla especialmente leyendo, puede contribuir a esa tarea de examen y reflexión sobre el quehacer humano.
  • Sergio Castroje citiraojučer
    La apelación constante a la educación es un recurso socorrido pero inoperante. Cargarlo todo sobre las espaldas de las instituciones educativas, mientras lo otro sigue igual, es injusto y poco eficaz. Podemos fijarnos en elementos educativos concretos. Por ejemplo, el hábito de la lectura. Educar es, entre otras cosas, enseñar a leer. Sabemos por las estadísticas, informes PISA y tutti quanti, que los niños españoles no dan un nivel satisfactorio en lectura, y que los menos niños tampoco destacan por esa afición. La invasión de la imagen no ayuda a la concentración que exige no solo saber leer, sino gozar de lo que se lee. Leer, como ha escrito Alberto Manguel, es una actividad lenta y solitaria, un estímulo para el pensamiento. Un buen lector acaba teniendo criterio para distinguir la buena de la mala literatura. Y aunque llegar a ser culto no es garantía de nada, pues es sabido que los nazis podían ser amantes de la ópera y de la buena música y no por ello dejar de ser criminales, seguramente nos iría mucho peor si los grandes clásicos de la literatura, de la filosofía o del arte, dejaran de despertar interés.
  • Sergio Castroje citiraojučer
    Los titulares mediáticos y las redes sociales son el abono perfecto para que el lenguaje de brocha gorda se extienda y se naturalice. Consiguen que los prejuicios se mantengan por muchos que sean los argumentos para eliminarlos. De repente, nos extrañamos de que Europa se haya vuelto inhospitalaria y que las buenas intenciones de Angela Merkel de cara a los refugiados no encuentren ninguna complicidad. Merkel ahora es un estorbo para los suyos. Analizar el por qué se ha producido un cambio cultural como este no es sencillo, pero es necesario hacerlo. Analizar el por qué y poner las medidas para atajar actitudes que no pueden ser calificadas de civilizadas. Una de tales medidas es la educación, la formación de una ciudadanía instruida, capaz de pensamiento crítico, dispuesta a examinar los discursos dominantes. Una ciudadanía, diría yo, amante de los matices y no de las consignas ni de los eslóganes de pancarta.
  • Sergio Castroje citiraojučer
    Todas las posiciones extremas que se proponen transformaciones radicales gustan de utilizar expresiones de brocha gorda, que califican la realidad y la clasifican privándola de cualquier matiz.
  • Sergio Castroje citiraojučer
    Víctor Lapuente se refiere a los auges populistas en El retorno de los chamanes6. Contrapone la figura del «chamán» a la de la «exploradora». El chamán seduce y encandila con promesas de grandes políticas y transformaciones radicales al tiempo que se dedica a desacreditar a sus oponentes y señalar culpables de la deplorable situación en que nos encontramos. La exploradora, en cambio, va paso a paso, responde a problemas concretos con propuestas tentativas que son corregidas cuando se comprueba que no funcionan. El chamán, de izquierdas o de derechas, con sus grandes expectativas, paraliza la sociedad. La exploradora, con expectativas menores y más pragmáticas, hace que la sociedad avance. A juicio de Lapuente, que ilustra su teoría con numerosos ejemplos, los países nórdicos europeos tienden a servirse de políticas exploratorias, no dependientes de grandes principios y verdades, sino destinadas a resolver problemas concretos. El sur de Europa, por el contrario, se caracteriza por escuchar a los chamanes y seducir con expresiones consagradas: «postulados socialdemócratas», «tentación neoliberal», «modelo educativo», «identidad local», «democracia cercana».
  • Sergio Castroje citiraojučer
    Ahora llamamos «populismo» a la tendencia que trata de ganarse la adhesión de las personas a través de ideas simples, de expresiones «anti», que simplemente denigran al adversario. El populismo simplifica lo complejo, quiere hacer creer que existen soluciones definitivas —cambios sistémicos, estructurales, los llaman— para cualquiera de los problemas que se nos plantean, por complicados que sean.

    El nombre antiguo del populismo es «demagogia»: el uso de prejuicios, halagos, promesas para conseguir el poder político. Los filósofos griegos veían en la demagogia el deterioro de la democracia. Un deterioro fácil pues, sobre todo cuando la situación económica y política es difícil, no es raro que aparezca un caudillo o un líder que arrastra a las masas con promesas o con su labia. Los griegos sabían que el gobierno de los muchos podía acabar siendo un gobierno manipulador y utilizar la adulación para obtener beneficios que favorecían a las élites dominantes.
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