Huguenau, cuyos antepasados muy probablemente se llamaban Hagenau antes de que el país alsaciano fuera ocupado por las tropas de Condé en el año 1692, tenía, desde todos los puntos de vista, el aspecto de un teutón burgués. Era bajo y rechoncho; llevaba gafas desde su juventud o, para ser más exactos, desde que estudió comercio en Schlettstadt, y, cuando estalló la guerra, época en que se aproximaba a los treinta años, de su rostro y también de su carácter había desaparecido todo rasgo juvenil. Sus negocios radicaban en la región de Baden y en Würtenberg; regentaba una filial de la empresa paterna (André Huguenau, textiles, Colmar, Alsacia), pero también trabajaba por su cuenta o como representante de fábricas alsacianas a cuyos productos daba él salida en dichos sectores. Entre los de su ramo tenía fama de ser un comerciante emprendedor, prudente y sólido.