El sexo, que concebimos como el más íntimo de los actos, es en realidad algo público. Los papeles que desempeñamos, las emociones que sentimos, quién da, quién recibe, quién exige, quién sirve, quién desea, quién es deseado, quién se beneficia, quién sufre: las reglas que rigen todo esto quedaron establecidas mucho antes de que llegásemos al mundo.