«Machen será siempre recordado por sus relatos de lo sobrenatural, género en el que pocos le superan. A su literatura aportó unas calificaciones poco usuales. Su infancia en una parroquia rural le dio la oportunidad de estudiar personalmente las costumbres y tradiciones locales. Sus primeros años, también solitarios, de Londres, donde intentó ganarse el sustento catalogando libros raros sobre ocultismo o traduciendo literatura medieval, le proporcionaron el fondo literario de sus temas. Y, todavía más importante, estuvo provisto para su labor de la clase de imaginación que sabe distinguir la maravilla que existe en cosas tan corrientes que escapan a la consideración de la gente normal».