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Julia Quinn

Buscando esposa

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  • Mara Joyje citiraoprije 8 dana
    Asegúrate de bailar con quien ella quiera —dijo Anthony—. No querrá que ninguna de las jovencitas se sienta excluida.
  • Mara Joyje citiraoprije 8 dana
    Asegúrate de bailar con quien ella quiera —dijo Anthony—. No querrá que ninguna de las jovencitas se sienta excluida.
  • Mara Joyje citiraoprije 8 dana
    Asegúrate de bailar con quien ella quiera —dijo Anthony—. No querrá que ninguna de las jovencitas se sienta excluida.
  • Yani Bogadoje citiralaprije 5 mjeseci
    Los ojos de Lucy se deslizaron hasta un punto más allá de su hombro.
    —No hay nada que decir.
    —¿Qué te parece «te quiero»?
    —No digas eso —musitó ella.
    Gregory se acercó.
    —Te quiero.
    —Gregory, por favor.
    Se acercó aún más.
    —Te quiero.
  • Yani Bogadoje citiralaprije 5 mjeseci
    La cara de él parecía estar más cerca cuando repitió:
    —No.
    —Es demasiado. —No podía dejar de mirarle, no podía apartar los ojos de los suyos, y, a pesar de que estaban casi pegados, seguía susurrando—: Es demasiado…
    Entonces sus labios… tocaron los de ella.
    En un beso.
    La había besado.
    A ella. A Lucy. Por primera vez, se trataba de ella. Ella estaba en el centro de su mundo. Aquella era su vida. Y aquello le estaba pasando a ella.
  • Ailen Varaje citiralaprošle godine
    Todos los días me maravillo de que hayáis llegado a adultos.

    —¿Temías que nos matáramos el uno al otro? —preguntó Gregory.

    —No, temía mataros con mis propias manos.
  • Ailen Varaje citiralaprošle godine
    —Todos los días me maravillo de que hayáis llegado a adultos.

    —¿Temías que nos matáramos el uno al otro? —preguntó Gregory.

    —No, temía mataros con mis propias manos.
  • Ailen Varaje citiralaprošle godine
    —Anthony ha sido un buen padre para mí —dijo Gregory, porque sabía que ello alegraría a su madre, pero también porque era cierto.
  • Ailen Varaje citiralaprošle godine
    —Es usted insufrible.

    Él la miró con aire travieso.

    —Es una de mis mejores cualidades.

    —¿Según quién?

    —Bueno, a mi madre parezco gustarle bastante —contestó él con modestia.
  • Kandren Ayaloje citiraoprije 2 godine
    El amor existía.

    Estaba justo allí, en el aire, en el viento, en el agua. Uno solo tenía que esperar.

    Que buscarlo.

    Y luchar por él.

    Y él lo haría. Dios era su testigo: lo haría.
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