modo que el autorretrato descubre lo que él será, porque ya lo es. Thoreau propone un movimiento doble: rechazar los falsos valores de la civilización —la moda, el dinero, los honores, las riquezas, el poder, la reputación, las ciudades, el arte, el intelectualismo, el éxito, la mundanidad— y aspirar a los verdaderos valores de la naturaleza —la simplicidad, la verdad, la justicia, la sobriedad, el genio, lo sublime, la voluntad, la imaginación, la vida—. De un lado, el mundano verborrágico; del otro, el indio silencioso.