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Eric Metaxas

Siete mujeres

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  • Julia Hernandezje citiraoprije 2 godine
    Algunos de nosotros tenemos que asumir la carga de tratar de salvar el alma de Norteamérica».14
  • Julia Hernandezje citiraoprije 3 godine
    el camino del activismo por los derechos civiles.
  • Julia Hernandezje citiraoprije 3 godine
    Pero su fe la sostenía, y desde muy joven se recitaba versículos bíblicos para así poder enfrentar a sus perseguidores con paz y valor.
  • Julia Hernandezje citiraoprije 4 godine
    esta valiente dama soltera se convirtió, sin vacilar, en la cabeza de una red de voluntarios holandeses clandestinos encargados de proteger las vidas de sus vecinos judíos
  • Julia Hernandezje citiraoprije 4 godine
    in embargo, también me di cuenta de que no era mi amor. Había tratado y no había podido hacerlo. Fue el poder del Espíritu Santo.30
  • Julia Hernandezje citiraoprije 4 godine
    Corrie recordó que el perdón es un acto de la voluntad, no una emoción. «Jesús, ¡ayúdame!», oró. «Puedo levantar mi mano. Es lo único que puedo hacer. Te ruego que proveas el sentimiento».
  • Julia Hernandezje citiraoprije 4 godine
    Milagrosamente ella fue excluida.
  • Julia Hernandezje citiraoprije 4 godine
    En el santuario de las pulgas de Dios, Betsie y yo ministrábamos la palabra de Dios a todos los que trabajaban allí. Nos sentábamos en lechos de muerte, que se convertían en las puertas del cielo. Veíamos a mujeres que lo habían perdido todo ahora enriquecerse en esperanza».28
  • Julia Hernandezje citiraoprije 4 godine
    «Betsie», susurró Corrie, «¿qué podemos hacer por esta gente? Me refiero a después. ¿Acaso no podríamos construir una casa para ellas y cuidarlas?».
    «Corrie, ¡oro todos los días que podamos hacer eso! ¡Para demostrarles que el amor es más grande!».27 No fue hasta un tiempo después que Corrie se dio cuenta de que mientras ella estaba pensando en las víctimas de los nazis, Betsie estaba pensando en los mismos nazis.
  • Julia Hernandezje citiraoprije 4 godine
    En lugar de las peleas y las palabrotas, las reclusas ahora se hablaban con gentileza entre sí.
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