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Yuko Tsushima

El hijo predilecto

  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 3 dana
    Quiso gritar, agitar los brazos y destruir a golpes todo cuanto había a su alrededor. Osada siguió hablando. Kōko le miró los labios, apretando los
  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 3 dana
    Quiso gritar, agitar los brazos y destruir a golpes todo cuanto había a su alrededor. Osada siguió hablando. Kōko le miró los labios, apretando los
  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 3 dana
    un hombre que daba más importancia a sus obligaciones que a sus sentimientos y al que no le gustaba el fracaso, y eso era lo que la tenía tan fascinada.
  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 4 dana
    qué, después de tanto, quería continuar viviendo? Esa pregunta había ido creciendo en el fondo de su vientre como un bebé. No tenía ningún motivo para seguir adelante. Era una idea que ya la poseía a menudo cuando era pequeña: ¿por qué debía existir alguien como ella, que claramente no tenía ninguna virtud? Todo lo que la gente se molestaba en darle, la comida, la ropa, el colegio…, todo le parecía malgastado. Cuanto más lo pensaba, más se cercioraba de que, efectivamente, no había ninguna razón por la que ella debiera seguir adelante con su vida.
  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 4 dana
    Solo temía la violencia que pudiera derivar de ese rechazo. A veces, incluso, por puro miedo, se planteó ceder ante las peticiones de Hatanaka, pero entonces él no tardaría en querer pasar las noches en su casa.
  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 4 dana
    podía juzgar objetivamente a los estudiantes que lanzaban piedras a sabiendas de que solo se harían daño a sí mismos. Solo podía solidarizarse con ellos. Porque, en su cabeza, ella también estaba lanzando piedras contra el
  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 4 dana
    Estaban anegadas de luz, casi en exceso, y resplandecían con un brillo cegador. E
  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 5 dana
    Tocaba cada una de las hojas de los árboles de la acera sin saltarse ni una. Bastaba con fijarse en las zonas en sombra para saber que, si no llegaba la luz, era siempre por un motivo, por algo que obstaculizaba su paso. Nada estaba sombrío sin razón. Lo único que hacía la luz era acatar las leyes físicas de la energía que la generaba, sin ningún sentimiento. No había justicia más perfecta que esa. Kōko tomó aire. N
  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 6 dana
    Ponía mucho empeño en hacer, sin motivo aparente, cosas que inevitablemente la apartaban de los demás. Pero, si no había nadie que pudiera aceptarla como era, prefería que la dejaran sola. Quizá era eso lo que pensaba. No podía soportar esa retórica de «ser todos amables para no excluir a nadie» que intentaba inculcar el institu
  • Viridiana Carrilloje citiraoprije 6 dana
    Había tenido que quedarse embarazada y estar a punto de parir un hijo para poder escapar de la libido que corría dentro de ella como lava. De pronto se sintió orgullosa de su determinación, y ese orgullo se convirtió en resentimiento no solo hacia Osada, sino también hacia su hermana, hacia Doi y hacia Hatanaka por juzgarla tan duramente una y otra vez.
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