qué, después de tanto, quería continuar viviendo? Esa pregunta había ido creciendo en el fondo de su vientre como un bebé. No tenía ningún motivo para seguir adelante. Era una idea que ya la poseía a menudo cuando era pequeña: ¿por qué debía existir alguien como ella, que claramente no tenía ninguna virtud? Todo lo que la gente se molestaba en darle, la comida, la ropa, el colegio…, todo le parecía malgastado. Cuanto más lo pensaba, más se cercioraba de que, efectivamente, no había ninguna razón por la que ella debiera seguir adelante con su vida.