Ahora sabemos esto

Mamá, qué palabra vaga
y ambigua
como un oráculo
que solo resuelve
el tiempo

No se puede

volver

al regazo

de la lengua

que ya nadie habla.

A los griegos se entra por ventanas, no hay puerta principal. Tampoco hay recorridos sugeridos. No existe un lugar a donde llegar ni a donde volver. Se acepta el misterio del mito, del origen. Y cuando digo griegos, creo que digo mamá

adre e hija pueden, así, esquivar la intimidad y sin embargo seguir íntimas en esa escena iluminada, con el café sobre la mesa, los diccionarios y el primer poema de la literatura de Occidente. Que también cuenta: numera y narra.
Laura Wittner

Si tuviésemos
un solo deseo
pediríamos
cuentos.

5.

¿Qué nos sostiene
juntas?

Que es un disparate!
pensar que un viaje
o la vida
puedan tener
una narración lineal.

egistro cada encuentro
como una apuesta a la vida
después de la muerte
para que el día de mañana
ella pueda
al igual que Ulises
franquear dos veces el Estigia.

Ir

volver.

21.

¿Cómo somos
cuando nadie
nos mira?

Nos juntamos
en la mesa de la cocina
donde aprendí
a contar, y donde ya nadie
crece.