Las personas que logran grandes hazañas deben sus éxitos no a la suerte, sino a la gran capacidad de controlar sus deseos y evitar ser complacientes con lo que tienen actualmente. Los éxitos y fracasos no deben basarse en la fortuna o la falta de ella, ya que están más vinculados a la forma en que vivimos a través de la autodisciplina.
La mayoría de las personas no se dan cuenta, pero poseen una falta de autodisciplina en las cosas por las que luchan. Por ejemplo, las personas que tienen objetivos de pérdida de peso todavía se atracan con comida basura si sienten que comer una pequeña patata frita de repente no conduciría a una figura hinchada. Otro ejemplo es cómo los fumadores siguen haciendo promesas de romper su hábito, revirtiendo después de unos pocos días de pulmones libres de nicotina. Además, los estudiantes necesitan más práctica para mantener la autodisciplina, particularmente al estudiar para los exámenes y terminar los proyectos a tiempo.
La autodisciplina es un gran factor que define nuestra seriedad hacia los objetivos que queremos alcanzar. Tal vez, podría ser el mayor desafío para obstaculizar, ya que el mayor enemigo que tenemos que enfrentar es a nosotros mismos.