Cesar Aira

El olvido es más rico, más libre, más poderoso… Y en la raíz de esta idea onírica debió de haber algo de eso, porque esas profecías en serie, tan sospechosas, desprovistas de contenido como están, parecen ir a parar todas a un vértice de disolución, de olvido, de realidad pura.

pesar de estas peculiaridades, o a causa de ellas, Arturito era un niño feliz, un niño típico (o sea: de los que no existen)

Ocultar algo es tener algo que ocultar. Yo no lo tenía, pero ocultaba

Ese mundo de explicaciones en el que vivís, es el error. El amor es la salida del error.

en el fondo sólo hay brutalidad.

Nosotras sí podríamos hacer del mundo un relámpago, un parpadeo. Pero como no tenemos pija, desperdiciamos nuestra brutalidad en una contemplación. Y sin embargo… hay un súbito, un instante, en que todo el mundo se hace real, sufre la más radical de las transformaciones: el mundo se vuelve mundo. Eso es lo que nos revienta los ojos, Marcia. Ahí cae toda cortesía, toda conversación. Es la felicidad, y es lo que yo te ofrezco. Serías la boluda más grande de todas las que ha habido y habrá si no lo ves. Pensá que es muy poco lo que te separa de tu destino. Sólo tenés que decir que sí.

Pero me corregí de inmediato; ese pensamiento sólo era digno del ciudadano de la sociedad de consumo que compra un horno de microondas o una cámara de video y se ve superado por las complicaciones del aparato.

Algo que saliera del suelo, lento y horrible, con sugerencias de parto y sismo, sería infalible.

Si siendo Pillán, el diablo, no conseguía lo que quería, menos lo iba a conseguir siendo otro, o nadie

Siguió esperando, cosa que era casi inevitable una vez que se había empezado a hacerlo