Cuando pierdes el control
El alma es como un barreño de agua, y las representaciones, como el rayo de luz que incide sobre el agua. Cuando el agua se mueve, parece que también se mueve el rayo de luz y, sin embargo, no se mueve. Y cuando uno desfallece, no son las artes ni las virtudes las que se confunden, sino el espíritu en el que residen. Y una vez que se restablece, se restablecen también ellas.