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Laura Naranjo

  • Mariana Castellanosje citiraoprije 2 godine
    —Algunas cosas existen en nuestras vidas sólo durante un breve momento y debemos dejarlas ir para que iluminen otro cielo.
  • cristel2089je citiraoprošle godine
    Debe decirse. Estas verdades, por muy duras que sean, deben decirse
  • Mariana Castellanosje citiraoprije 2 godine
    Dame una oportunidad para resarcirme —insistió Rahim.

    —¿Cuánto tiempo vamos a seguir con estos juegos?

    —Hasta que te gane. En todos y cada uno de ellos.

    —Entonces, jugaremos hasta el infinito —bromeó Tariq.
  • Mariana Castellanosje citiraoprije 2 godine
    Tariq escrutó al consejero, asimilando las profundas arrugas que le surcaban la frente y lo fuerte que tenía entrelazados los dedos.
  • Mariana Castellanosje citiraoprije 2 godine
    La letra familiar de Sherezade llenaba la página, tan imperiosa y tosca como siempre. Tariq dejó de leer cuando empezó a dirigirse a él. La disculpa.

    Las palabras de arrepentimiento por su traición. La gratitud por su comprensión.

    No más. No podía soportarlo. No de ella.

    El borde del pergamino se arrugó en su puño.
  • Mariana Castellanosje citiraoprije 2 godine
    Se llevó las manos a las sienes y obligó al terror a retroceder…

    A encerrarse en su corazón revestido de acero.
  • Mariana Castellanosje citiraoprije 2 godine
    A la suave luz de las velas, sus ojos de tigre parecían todavía más calculadores y distantes. Las líneas de su rostro se ensombrecieron cuando se apartó de la luz, acentuando las angulosas hendiduras de sus rasgos.

    Un semblante inamovible. Frío y amenazante.
  • Mariana Castellanosje citiraoprije 2 godine
    —Me han dicho que vuestro padre sirvió al mío como visir. —Su voz era grave y modesta. Casi… amable.
  • Mariana Castellanosje citiraoprije 2 godine
    Una chispa cruzó la cara del califa y se demoró en las comisuras de sus labios, pero se desvaneció tan rápido que no llegó a captar su significado.

    —Supongo que no. —Se interrumpió, de nuevo con actitud reflexiva.

    Sherezade observó cómo se retiraba; un velo se había posado sobre los duros ángulos de su perfil.

    «No».
  • Mariana Castellanosje citiraoprije 2 godine
    —¿Por qué estáis aquí? —susurró. Sus ojos de tigre seguían estudiándola.

    Sherezade levantó una de las comisuras de la boca a modo de respuesta

    sardónica.

    Le cogió la mano.

    Con cuidado.
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