¿Quién hace caso, le dije, del vulgo, cuando sabemos que es un monstruo de muchas cabezas con muy poco o ningún entendimiento? El vulgo se compone de la gente más idiota del pueblo, y ésta no sabe pensar, y cuando piensa alguna cosa es casi siempre mal, pues, no conociendo las leyes de la crítica, discurre por las primeras apariencias que le ministran los objetos materiales que se le presentan, y, como sus discursos no se arreglan a la recta razón, las más veces son desatinados, y los forma tales con la misma ignorancia que un loco; pero, así como no debemos agraviarnos por las injurias que nos diga un loco, porque no sabe lo que dice, tampoco debemos hacer aprecio de los dicterios ni opiniones perversas del vulgo, porque es un loco y no sabe lo que piensa ni lo que habla.