No estoy muy segura de si lo que acabo de leer es una simple historia de la vida de una mujer que ha sido crítica con todo y que la ha dejado sola, si es la huella o marca de quienes viven en grandes ciudades, si son los vacíos de la vida de un artista, o si al final es un reflejo de envejecer y darse cuenta como las batallas qué uno elige cargar y darles importancia se vuelven tu marca de la cotidianidad hasta el fin de tus días, de las cuales difícilmente termina uno de escapar. Lo disfruté, me desesperó pero me dejó contemplando mis batallas y si lo valen tanto como para cargarlas hasta los 60 años y más.
Me gusto. ¡Me gusto mucho! La leí despacito, algunas páginas al día, para no terminarla tan rápido. Aprendí mucho sobre la vida en esa época, sobre la vida en Nueva York y la vida de los judíos. Y sobre las relaciones entre hombres y mujeres. Muy interesante, muy divertida. Muy intensa.
Me gustó a secas porque aunque es una buena historia la relación que sostiene con su mamá me hizo sentir realmente mal. Me gustó porque me permitió pensar en lo que las diversas mujeres que han estado en mi entorno a lo largo de mi vida han influido para bien y para mal en mi vida, cómo por ejemplo, en la maternidad, en mi feminidad, en lo que deseo y no deseo de una relación de pareja y en mi propia relación con mi mamá.