James Dashner

–Ya lo sé, la parte que más me gustó fue cuando te ofreciste para morir.

El cielo estaba azul con una pizca de naranja oscuro que acechaba la atmósfera desde que las llamaradas solares azotaron la Tierra sin previo aviso. Ya había pasado más de un año y todavía seguía ahí arriba,

No sé –respondió Thomas–. ¿Por qué no le preguntas?

–Estoy escuchando cada una de sus malditas palabras –dijo Newt en voz alta–. No me extraña que nadie quiera dormir al lado de ustedes.

Sintió como si lo hubieran pescado robando, pero estaba realmente

Parece un miertero asustado.

–Tú eres el miertero, shank.

–¿Y por qué no eres uno de ellos?

La cara de Newt se puso seria de repente.

–Era, hasta que me lastimé esta miserable pierna unos meses atrás. Ya nada fue lo mismo después de eso

Por fin, pensó, algo salió bien

–Las paredes, shank. Las Puertas. Hoy no se cerraron.

–Mami, ¿vas a volverte loca como toda esa gente en la televisión? ¿Como… papi?

Vete a morir con Thomas.
Creo que yo intentaré escabullirme y disfrutaré de vivir con la culpa –lanzó su mirada especial, que significaba que estaba bromeand

La Prueba terminó –dijo–. Estás en libertad, puedes retirarte.