Las vistas de la naturaleza tienen el efecto de reducir el estrés de la gente en el trabajo, en la cárcel, en los hospitales e incluso al conducir. Se ha demostrado también que pasar tiempo en el exterior reduce la actividad del sistema nervioso y los niveles de cortisol, la hormona del estrés, en nuestro organismo. Una mente quieta, consciente y menos distraída supone mayor capacidad para estar presentes y concentrados en nuestras actividades cotidianas.