La isla misteriosa

Por lo demás, la necesidad es el maestro que enseña mejor y de quien mejor se aprenden las lecciones.

“No tengo necesidad de esperar para acometer una empresa, ni de lograr el objeto para perseverar.”

¡Cien veces estuvieron a punto de perecer! ¡Cien veces su globo desgarrado hubiera debido precipitarlos en el abismo! Pero el cielo les reservaba un extraño destino,

¡Cuál no fue su desesperación, cuando, después de haber recorrido dos millas, se vieron una vez más detenidos por el mar en una punta bastante elevada, formada de rocas resbaladizas!

En efecto, era Top, un magnífico perro anglonormando, que tenía de las dos razas cruzadas la ligereza de piernas y la finura del olfato, las dos cualidades por excelencia del perro de muestra. Era el perro del ingeniero Ciro Smith.

¡Pero estaba solo! ¡Ni su amo ni Nab lo acompañaban!

cuatro, Gedeón Spilett, Harbert, Pencroff y Nab, olvidando el cansancio, empezaron sus pesquisas.

El pobre Nab lloraba de rabia y desesperación a la vez, temiendo haber perdido todo lo que él amaba en el mundo.

Smith, Gedeón Spilett, Nab y Harbert

“New York Herald”

general Ulises Grant

Habana y Guadalupe, uno el 25 de octubre de 1810, otro el 26 de julio de 1825.