El fantasma del rey Leopoldo

el momento de la controversia sobre el Congo, hace ya un siglo, la idea de unos derechos humanos plenos en lo político, lo social y lo económico fue una profunda amenaza para el orden establecido de la mayoría de los países de la Tierra. Y todavía lo sigue siendo

Morel resultó enormemente popular entre sus electores de Dundee (Escocia), que lo reeligieron en 1923 y, de nuevo, al año siguiente, cuando veinte mil personas lo vieron partir hacia Londres60 en la estación de ferrocarril.

Una antigua ley inglesa consideraba un crimen presenciar un asesinato o descubrir un cadáver y no estallar en «clamores y gritos». Pero vivimos en un mundo de cadáveres y solo provocamos revuelo por algunos de ellos

Más del 80 por ciento del uranio13 de las bombas de Hiroshima y Nagasaki se extrajo de la mina congoleña de Shinkolobwe, fuertemente custodiada

dos de las ocasiones en que fue llevado al cine, sobre todo en Apocalypse Now, de Francis Ford Coppola, ni siquiera se situaba en África.

Kurtz ha recolectado una cantidad de marfil legendaria, pero según llega a saber Marlow a lo largo del viaje, se rumorea también que se ha sumido en un salvajismo que no se especifica

Kipling escribía:
Embarcadme y llevadme a algún lugar al este de Suez
donde da igual lo mejor y lo peor,
donde no existen los Diez Mandamientos
y un hombre puede despertar su sed.64

leyenda del preste Juan, un rey cristiano de quien se decía que gobernaba un vasto imperio del interior de África donde reinaba sobre cuarenta y dos reyes menores, además de una multitud de centauros y gigantes, desde un palacio de cristal traslúcido y piedras preciosas.

cuanto a intentar hacerse a la vela bajando por la costa occidental africana, todos sabían que en cuanto se pasaban las islas Canarias, se llegaba al Mare Tenebrosum, el mar de las Tinieblas.

Ranulf Higden, monje benedictino que trazó el mapa del mundo en torno a 1350, afirmaba que en África había personas con un solo ojo y que utilizaban los pies para cubrirse la cabeza.