Durante el recreo convidé galletas a mis profesores y a mi clase, y luego era hora de volver al estudio. No llegué a casa hasta las cinco, ya que fui a gimnasia con el resto de la clase. No me dejan participar porque mis hombros y mis caderas tienden a dislocarse. Como fue mi cumpleaños, tuve que decidir a qué juego jugarían mis compañeros y elegí el voleibol. Después, todos bailaron alrededor mío en un círculo y cantaron “Happy birthday”.