Esta herida llena de peces

Suenan los primeros disparos del día, parecen más cerca que los de ayer.

Se asusta y llora, el bebé llora por el zancudo. Por primera vez, le explico algo: no podemos ser amigos de los zancudos.

Quiero que seamos familia de río.

Un río suena siempre cerca.
Ha cuarenta años que lo siento.
Es canturía de mi sangre
o bien un ritmo que me dieron.
Gabriela Mistral

—Ma, algo se mueve.

—Es el viento.

—¿Dentro de mi boca?

La conductora me grita que siente a mi borracho en la banca y le dé un mango para que no moleste.

—¿Cómo la quiere?

—Mucho. Yo también lo quiero mucho —respondo acariciando al niño.

—La trenza, ¿cómo la quiere?

—Ah. Larga.

Todo lo que no es papá, mamá o hermano es una tía.

A mi pobre hermano le caen gotas de toronja en los ojos y ahora sí empieza a llorar con razón.

Hace muchos ya casi que ya casi