Las conspiraciones fallidas

Una mezcla de quehaceres que se perfecciona hasta lograrlo de manera casi natural, así como caminar o respirar, algo que se hace en automático como subirse al metro, dormirse y abrir los ojos en la estación correcta por puro instinto

una victoria silenciosa cuyos laureles tardarían tiempo en crecer y manifestarse, como crecen y se manifiestan algunos padecimientos, hasta que es imposible no mirarlos, no sentirlos, hasta que se extienden por el cuerpo de manera sorpresiva y altanera

de los organismos internacionales de salud y en general algo que muy bien podría llamarse caos

Pero los chicos del grupo querían culpables y, más aún, soluciones, y éstas parecían incluir una infección masiva, intervención

desaparecer del panorama segundos más tarde. No las ruinas, sino el abandono y el silencio, permeaban los nuevos paisajes

Desde hacía meses el país había cobrado las facturas de esta revolución y estaba en ruinas. Muchas ciudades otrora vigorosas y activas, lucían fantasmales la mayor parte del tiempo; avenidas desiertas, comercios cerrados y saqueados, sin electricidad ni transporte, apenas de vez en vez, algún alma con urgencia de salir cruzaba las calles a velocidad para