En ese sentido el “Caso Arroyo”, del que Villavicencio fue protagonista clave, prefigura la constelación formada por los medios de comunicación, la opinión pública y los poderes estatales, en cuyo interior se procesan tales efectos.
Cualquier lector de prensa de hace un siglo, como cualquier televidente de hoy, se supo y se sabe sujeto a ella.