Los ensayos que Virginia Woolf dedicó a la estética y a las artes plásticas y visuales son inferiores en número, y quizás en incidencia, a sus ensayos sobre literatura o a aquellos acerca de tópicos sociales y culturales, mucho más conocidos. Pese a lo anterior, los trabajos dedicados a la pintura, al dibujo, a la caricatura, al cine, a la representación y a las relaciones entre arte, política y sociedad ocupan un lugar importante en su obra. Aparecidos de manera ocasional en publicaciones periódicas y, por ende, dispersos hasta la compilación realizada años después por su esposo Leonard, sus textos sobre arte trazan un panorama que ayuda a enriquecer la visión que tenemos de las ideas artísticas de la escritora y, en general, del grupo de Bloomsbury. De acuerdo con Virginia Woolf, la pintura es una “tierra sin palabras”, pero aun así sus ensayos de crítica, algunos compilados aquí, son una celebración del lenguaje.