Abrazar lo inabrazable

«Existen sonidos que nunca has oído, olores que nunca has olido, visiones que nunca has visto, pensamientos que nunca has tenido. El mundo está asombrosamente lleno de potencial para abrirse cada vez más y más, para experimentarlo de forma cada vez más amplia»

payu. Esta palabra tibetana puede traducirse como «discernimiento», «atención», «conciencia» o «atención». Cuando entendemos que todo lo que hacemos, decimos e incluso pensamos tiene repercusiones, nos sentimos inspirados para mantener nuestro payu lo mejor posible.

Cuando fracasamos –en otras palabras, cuando las cosas no salen como queremos–, sentimos nuestra vulnerabilidad de una manera cruda y poderosa.

en ese momento. En otras palabras, sostén la crudeza de la vulnerabilidad en tu corazón. Respira con ella, deja que te toque, que te habite –ábrete a ella tan plenamente como puedas en ese instante–. Luego haz que ese sentimiento sea aún más fuerte, aún más intenso. Hazlo de cualquier manera que sea útil para ti –de cualquier

Cuando surge algún sentimiento no deseado, el primer paso es sentirlo tan plenamente como sea posible

No hay nada que podamos hacer para cambiar el pasado y el presente, pero el futuro no está escrito.

n efecto, sí importa lo que hacemos, decimos e incluso pensamos. Todo cuenta, todo deja una huella en nuestra mente. Pero al mismo tiempo, hay mucho espacio para que nos relajemos y apreciemos lo que la vida tiene que ofrecer. Preguntar «¿importa?» y trabajar con payu es un método suave, pero efectivo, para trabajar con nuestro karma y transformar gradualmente nuestra mente y sus hábitos

i queremos conocer nuestro pasado, debemos mirar nuestras circunstancias presentes, porque son el resultado de nuestras acciones pasadas.

Trungpa Rimpoché dijo que la manera de generar la bodichita era «empezar con el corazón roto».

Si queremos averiguar cómo será nuestro futuro, debemos mirar lo que estamos haciendo ahora