aprendizajes acerca del cuerpo, la imagen y la estética, que son muchos, cotidianos y prácticamente constantes a lo largo de la vida, no son excepción. Las experiencias emocionales que hemos vivido en relación al propio cuerpo y al de los demás también se adscriben en el tejido cerebral en forma de aprendizajes emocionales, que se hallan entre los tipos de aprendizaje más potentes que existen.