El Descubrimiento de la presencia de Dios

Buena parte de los juicios surgen de plantear algo hipotético, por ejemplo, que la gente «debería» ser diferente. Sin embargo, si pudieran ser diferentes, ya lo serían. Lo hipotéticamente posible se hace realidad mediante la intención y la evolución de la conciencia, además de necesitar unas condiciones favorables.

Entender los orígenes evolutivos del ego y su alineamiento con la evolución de la vida animal genera un paradigma más expandido y abarcante desde el que contemplar las motivaciones y conductas humanas.

El trabajo espiritual es más un darse cuenta y un tomar conciencia que un «hacer» per se.

1. El cristianismo es el camino del amor y del perdón.
2. El budismo es el camino de la compasión.
3. El judaísmo es el camino para vivir según la ley sagrada.
4. La fe Baha’i es el camino de la unidad y de la paz.
5. El islam es el camino de la sumisión a la voluntad de Dios.
6. El taoísmo es el camino de la realidad última.
7. El confucianismo es el camino de la tradición deliberada.
8. Las prácticas nativas americanas son el camino de la espiritualidad primordial.
9. El sintoísmo es el camino de los antepasados tribales.
10. El hinduismo es el camino del conocimiento, la acción y la devoción.
11. La ciencia mental es el camino del Divino Principio del Amor y la Ley.
12. La visión global del corazón contempla un mundo que funciona para todos.

De Abraham surgieron tres grandes religiones, que son el cristianismo, el judaísmo y el islam, a través de los grandes avatares Jesucristo, Moisés, y después Mahoma. Los seguidores de estas religiones fueron denominados «los pueblos del Libro»; son los hijos de Abraham quienes, por desgracia, posteriormente participaron en rivalidades y derramamientos de sangre.

Así, por virtud de su origen, las naciones oficialmente seculares operan de acuerdo con principios religiosos (derechos humanos, igualdad, moralidad, ética, responsabilidad, rendición de cuentas, etc.). El núcleo de verdad espiritual innato en la religión ha sobrevivido en los principios básicos de la civilización.

Algunas personas se sienten satisfechas con la mera mecánica rudimentaria del placer físico animal y la supervivencia, pero, a lo largo de las eras, la mayoría de la humanidad ha intuido una comprensión y un significado mayores, que nos han llegado a través de los grandes maestros y genios espirituales.

Todas las personas viven por la fe. La única variable es en «qué» depositan dicha fe. Esta selección refleja un nivel de conciencia que, a su vez, guarda correlación con la percepción, con los valores, con la capacidad intrínseca de comprender y con su motivación primaria.

La devoción aprende que cabe esperar periodos de retraso o descorazonamiento, así como momentos de duda o miedo. Gracias a la devoción se produce el alineamiento con la integridad interna, lo que genera la honestidad y la convicción necesarias para trascender la seducción de las recompensas emocionales transitorias del ego intransigente.

R: Con frecuencia, la mente es consciente de errores y defectos de carácter, pero le falta el poder o el incentivo para renunciar a ellos. La devoción sale del corazón, y dispone de la fuerza y de la motivación necesarias para superar las resistencias y los obstáculos, más allá de la capacidad del mero proceso mental. Un aspecto del amor devocional es la constancia, así como la lealtad y el compromiso, «pase lo que pase»