Con objeto de observar las reacciones de las plantas a distancias mucho mayores, de hasta millones de kilómetros, y ver si el espacio constituía un límite para su «percepción primaria», Backster quería que los aparatos sondeadores de Marte colocasen una planta con un galvanómetro en el mismo planeta o cerca de él, para observar por telémetro su reacción a los cambios emotivos del que la cuidaba en la Tierra.