Dame tu corazón

El fracaso era una enfermedad que ardía como la fiebre en los ojos de los afectados. No había forma de disimular esa fiebre, como los ojos amarillos por la ictericia

, no eres el individuo que aparece en tus libros. Los libros son apariencias astutas, estructuras artificiales que has creado para habitarlas temporalmente

Walter no había querido un tercer hijo, a su edad. Pero, por lo visto, había llegado a querer a su hombrecito. Aunque la verdad era que Walter no pasaba mucho tiempo con su hombrecito ni con sus niñas. Pero los quería a todos, como hacían los Braam con sus hijos, manteniendo cierta distancia. Cuidar y amar a los hijos era una tarea exclusivamente de mujeres.

«¿Hay algún secreto en tu vida, Alva? ¿Que te haya reprimido, que te haya impedido estar a la altura de lo que se esperaba de ti?»

«La comida es eros sin el riesgo de que te rompan el corazón. A diferencia de un amante, la comida nunca te rechazará»,

Era como ahogarse, desear tantísimo que alguien te quisiera.

Por lo visto, la vida simplemente se me ha pasado de largo.

¿acaso no era todo una especie de broma, tal como acaba resultando la vida?

Los que mendigan no escogen, ¿no es cierto?

En el Homo sapiens, el talento para el engaño es nuestra mayor ventaja evolutiva.