Hermanas del ñame

estar «demasiado ocupadas» como para buscar tiempo para estar a solas. Sin embargo, es en esta quietud que también aprendemos a estar con nosotras mismas en un espíritu de aceptación y paz.

Cuando recordamos el legado de nuestros ancestros, que sabían que la forma en la que tratamos a la tierra y a la naturaleza determinará el nivel de respeto que nos tenemos a nosotros mismos,

Cuando le dices «te perdono» a alguien, también te estás diciendo a ti mismo «quiero estar sano».

no notamos que las mujeres negras a las que vemos como competencia o que nos tratan con desdén, probablemente necesiten sentirse cuidadas y reconocidas por sus hermanas.

El teólogo y místico negro Howard Thurman nos enseña que necesitamos amar a los demás sin juzgar.

Durante mi infancia, recibía «amor incondicional» de mujeres negras que me mostraban a través de sus acciones que el amor no debía ganarse.

Tenemos que perdonar con todo nuestro corazón. Si perdonamos con palabras, pero continuamos guardando resentimientos ocultos, nada cambiará realmente.

Tenemos que perdonar con todo nuestro corazón. Si perdonamos con palabras, pero continuamos guardando resentimientos ocultos, nada cambiará realmente.

Hermanas, debemos preguntarnos cómo nos acercamos y saludamos entre nosotras en la vida cotidiana, y si nos parece extraño, raro, o fuera de lo común hacerle sentir a las demás que reconocemos su presencia y la respetamos.

Cuando juzgamos a los demás, asumiendo que sabemos por qué hacen lo que hacen, bloqueamos nuestra capacidad de conocer la compasión