La heredera y el juerguista
Clio Templeton había amado a Josh Hart desde que tenía nueve años, cuando él impidió que su prima se ahogara. Nunca había olvidado el tacto de su mejilla bajo los labios cuando lo recompensó con un beso.
Años después, Josh seguía sintiendo un escalofrío en la mejilla cada vez que recordaba aquel beso. Clio era la única mujer que había visto el valor del chico malo de la ciudad. Pero Josh no podía arriesgarse a que las sombras de su pasado apagaran la luz del dulce corazón de Clio…