Padre

No puedo contenerme, lo siento

vez siempre había sido el plan de Dios que acabáramos aquí

Esta noche —le dije—. Luego se acabó. —

que su coño sabía a cielo.

—Mi corderita —susurré—. Estás tan mojada.

Si vis amari, ama —me dices.

Si quieres ser amado, ama

Ese día me había cansado de esperar, así que conduje hasta ese pueblo de mierda (sin ofender) y le dije que iba a publicar las fotos

Pase lo que pase después de esto, solo quiero que sepas que ha valido la pena. Tú vales la pena. Tú lo vales todo

Pase lo que pase después de esto, solo quiero que sepas que ha valido la pena. Tú vales la pena. Tú lo vales todo

—¿Vas a darme guerra, cordero? —murmuré contra sus labios. Asintió, agitada—. ¿Quieres que te los robe? —Volvió a asentir—. ¿Que te obligue?

Una exhalación temblorosa. Y por fin volvió a asentir. A mi corderita le gustaba duro y, quién iba a decirlo, era justo como yo quería dárselo.