Los aerostatos

–En Alemania y Bélgica, la filología engloba todas las ciencias del lenguaje y requiere de un profundo conocimiento del latín y del griego antiguo.

Leerá El idiota.
–¿Qué? ¿Ya hemos acabado con Kafka?
–La prueba de que no: empezamos con Dostoievski.

–Ahora tendremos que leer a Kafka: La metamorfosis –dijo.

En efecto, me había hablado mucho de zepelines. Su casi desaparición le entristecía de forma inconsolable:
–Que los aerostatos sean caros no me parece un

Me topé con La Ilíada. La cogí y regresé al sofá.
–Esta será nuestra próxima lectura.

aficiones?
–Las armas.

–¿Cuáles son sus aficiones?

Pie Roussaire, tengo dieciséis años y nacionalidad suiza.

La juventud es un talento, se necesita tiempo para adquirirla. Muchos años más tarde, por fin me convertí en una persona joven. Lo aprendí del doble crimen de Pie.

Como Pie había resumido perfectamente, mi impacto sobre él había consistido en transformarlo en lector de gran literatura, que lo es todo menos una escuela de inocuidad. Esquilo, Sófocles, Shakespeare, por citar solo a algunos, habrían ordenado a un joven de nivel liquidar a semejantes carroñas.

Aunque yo no le hubiera proporcionado el arma del crimen, sí le había suministrado la armadura literaria. Todo gran texto contiene una expiación y unos asesinatos. No era mi intención, pero sabía de qué estaba pavimentado el infierno.