La literatura económica sugiere que factores como el capital humano, la geografía y las instituciones son centrales para la explicación del crecimiento económico (Rodrick, 2007). En diversas economías en desarrollo los niveles de estas variables tienen una especial importancia no sólo por las diferencias lógicas con otras economías más desarrolladas, sino también por las importantes y posiblemente mayores diferencias internas que emergen de comparaciones entre diferentes regiones del país
o entre distintos hogares. Por otro lado, el proceso de globalización ha determinado impactos diferenciados entre y dentro de las economías, siendo de particular relevancia el efecto sobre la pobreza. Se ha mostrado que los hogares debajo de la línea de pobreza tienen mayor probabilidad de compartir los beneficios de la globalización cuando existen políticas complementarias dirigidas a elevar el nivel de capital humano así como la inversión en infraestructura (Harrison, 2006). En este contexto, un aspecto central para el crecimiento y el desarrollo económico es el acceso y uso efectivo de las tecnologías de información y comunicaciones (TIC), el cual afecta a sus determinantes esenciales y permite atenuar y hasta revertir los efectos negativos de los procesos de integración económica y globalización sobre los hogares pobres. En este sentido, es importante el replanteamiento de los enfoques de desarrollo en relación a las prioridades de política (Stiglitz, 2003) hacia el desarrollo de reformas estructurales que permitan obtener un impacto positivo mayor de la dinámica económica actual sobre la reducción de la pobreza.