Aprendí a querer mi nariz; porque cuando menos te lo esperas, es un alto mando gubernamental.
Entretenido, pero sin ninguna razón o motivo, ¡inexplicable! , pero que pueda pasar cosas raras en este mundo, tal vez, puede ser... Si no preguntarle a la nariz, jeje
lo que pasó fue que nunca extraña su nariz es más creo que su momento no le tenía el más mínimo interés por dicha parte del cuerpo, más bien es el duro golpe al orgullo humano de que un ente pudo superar a su dueño de una forma tan terrible y dentro de las mismas ambiciones, que motivó al despota burocrata un torbellino de sentimientos poco agradables y confusos