“Lucha lo suficiente para convencerlos de que no vale la pena. Y haz tanto ruido como puedas. En un tugurio como este, sin embargo, apuesto a que nadie le importara venir a ayudarte. Pero todavía deberías empezar a gritar sobre un incendio –no violación, no robo, no algo de lo cual los cobardes prefieran ocultarse. Y si gritando no los desalientas, hay algunos trucos para engañarlos.