Que esto es lo que significa vivir sin mi madre acurrucada a mi espalda, envolviéndome con sus brazos, cubriéndome el vientre con las manos. Esto es lo que significa estar sola. Dormir sin confianza es yacer despierta. Llorar tanto que la saliva se me escapa de la boca y se encharca debajo de mi cara. Sentir que estas abejas que he acabado considerando mías descienden de noche para posarse en mis muñecas, en mis pies, y luego vuelven a su colmena. Me pregunto qué néctar amargo recogen de mí. Me pregunto adónde llevan mi dolor. Me pregunto si mi llanto es un reclamo reconfortante para ellas, y por qué son el único testigo de mi tristeza.