Cinco años después, el hijo de Roscoe había crecido lo suficiente como para jugar con el pequeño Benjamin bajo la supervisión de la misma niñera.
Dianela Villicaña Denaje citiralaprije 9 dana
Solo una cosa preocupaba a Benjamin Button: su mujer lo había dejado de atraer. Para entonces, Hildegarde era una mujer de treinta y cinco años, con un hijo, Roscoe, de catorce.