El adolescente

¿cómo es posible que la independencia del pensamiento, por limitada que sea, os resulte tan penosa? ¡Bendito el que tenga un ideal de belleza, aunque sea erróneo!

Ahora he cambiado de opinión en este punto; la formación no estorba

era como si la falta de formación añadiera belleza al ideal.

extremos que he prescindido incluso de la educación. Me parecía que sería más bonito que este hombre fuera sórdidamente maleducado

Confieso que he llevado esta fantasía a tales

He disfrutado enormemente imaginándome a una criatura así, sin talento y mediocre, que se planta frente al mundo y le dice con una sonrisa: vosotros sois los Galileo y los Copérnico, los Carlomagno y los Napoleón, sois los Pushkin y los Shakespeare, sois los mariscales de campo y los mariscales de corte, mientras que yo soy la incompetencia y la ilegitimidad, y estoy, a pesar de todo, por encima de vosotros, porque vosotros mismos os habéis sometido. C

El triunfo de la falta de talento y la mediocridad.» Sí, reconozco que en cierto modo es el triunfo de la falta de talento y de la mediocridad, pero difícilmente de la impotencia.

todo, hasta el último kopek, porque, convirtiéndome en un indigente, ¡sería de pronto el doble de rico que Rothschild! Y, si esto no se entiende, yo no tengo la culpa, ¡no pienso explicarlo

Y no daría la mitad, porque el resultado sería una vulgaridad: sería la mitad de rico, y nada más; tendría que darlo

Y sabed que, si necesito toda mi depravada voluntad, es únicamente para demostrarme a mí mismo que soy capaz de renunciar a ella.