Parte de mí

En la pandemia confinada, ganamos metros cuadrados con el descubrimiento, a través del espejo, de la desconocida casa que hay dentro de mi casa: la posibilidad de volver a leer todos los libros, pero ahora al revés, como «Helter Skelter», es... parte de mí. #partedemí

ese amor y esa raspa son... parte de mí. #partedemí

Lo bien que lo pasamos y el amor de/por mis amigas son... parte de mí.

2 de mayo

La búsqueda grotesca del sol en el balconcillo, la pose torcida en Instagram, la obsesión no por la belleza morena sino por la vitamina D, puede que ya sean para siempre... parte de mí. #partedemí

lo cursi y lo negro son... parte de mí.

El caso es que yo leo así. Escribiendo. Dentro, detrás, sobre y contra las solapas de los libros de mis estanterías se esconden arterias y musculaturas.

Si queremos saber qué es esta imagen, ponerle un nombre, tendremos que ir adentrándonos en los estratos de la fotografía. Un, dos, tres, cuatro.

porque los libros, como explica con ligereza y sabiduría @jesusmarchamalo en su Tocar los libros, tienen la propiedad de apropiarse lentamente del espacio hasta que no te das cuenta y te echan de tu casa.

Cuando leemos siempre tenemos la cabeza en otra parte. Cuando escribimos siempre tenemos la cabeza en otra parte.

Escribir es ensimismarse y enajenarse (sobre todo, lo segundo).