Viajar ligero

el recorrido perfecto es aquel en el que, al final, ya no tienes nada que dejar, te has deshecho de todo. Y nadie a quien dar, nadie siente dolor por tu muerte. Solo así puedes irte en paz de verdad, igual que se va un soplo de viento:

La vida no es como ha sido, sino como la recordamos.

Tenemos «huérfano» para quien pierde a un padre, «viudo» para quien se queda sin cónyuge, pero el vacío de la desaparición de un hijo es tal que ninguna palabra lo define, como si nada pudiese contenerlo, delimitarlo.

Todo cambia: lo hace el tiempo, el significado de las palabras, incluso el de las emociones.

«hay cosas que hay que respetar» (¿aprisionándolas y olvidándolas?) o «es por el placer de poseer» (¿sin utilizar?).

Para vivirla tengo un único consejo. Creedme: solo con equipaje de mano.

Hazlo callar. Que la vida te sea ligera.

El futuro es una maleta por abrir que acepta cualquier posible contenido. Podemos intentar prepararla nosotros mismos, pero sin exagerar, sin cargarla excesivamente, sin engañarnos.

Dice que el objetivo del «juego» no era prepararse para morir, sino lo contrario, prepararse para vivir. Me acompaña a la puerta.

si perdemos, no nos rendiremos. Porque intentamos regalarnos, de minuto en minuto, más de 46 horas de felicidad.