El presente libro propone un enfoque ideológico distinto. Argumenta que los niños y las niñas deben ser considerados «sujetos teológicos» y que la niñez debe ser tenida en cuenta por la teología cristiana, porque representa un enorme desafío social para la misión de la Iglesia. También, porque de parte de las niñas y los niños hay contribuciones insospechadas para el que hacer teológico y para la Iglesia misma.