Descubriendo el placer

Te has transformado en un monstruo por tu orgullo y tu egoísmo. No te preocupes por salvar tu alma. Hace mucho tiempo que se perdió

No era un pene cualquiera. Era un pene digno de él

¿Un deseo prohibido que puede destruirte?

—No, «señor Carter». No soy como tú. Puedes estar tranquilo en cuanto a mantener tu bonito matrimonio. Esta idiota sale de escena.

Tampoco tenía derecho a pensar que era otra forma de enredarme en su juego, ya que el compromiso estaba programado antes de que llegara a la empresa e iba a ser Abby quien lo acompañara.

¿Tan prohibido y al mismo tiempo tan apetecible que sabes que podría destruirte?»

«¿Has tenido ganas alguna vez de tocar algo que sabes que está prohibido? ¿Has sentido alguna vez el deseo irresistible de experimentar algo que sabes que no es correcto social o éticamente? ¿Tan prohibido y al mismo tiempo tan apetecible que sabes que podría destruirte?»

Tan prohibido y al mismo tiempo tan apetecible que sabes que podría destruirte

El señor Carter me observaba a través del cristal de su despacho. Su mirada era intensa y me envolvía, como si me estuviera tocando

Un eterno prisionero de mis propias acciones y decisiones.